Pedro Sánchezse ha erigido como la figura que puede "rescatar a los militantes" de la "tierra de nadie" en la que les situó la abstención y el único que puede volver a unir a la "izquierda" española, a los "millones" de progresistas que están esperando una alternativa al PP.
Sánchez ha cerrado en Madrid su campaña para las primarias socialistas con un multitudinario acto en el parque de Berlín ante militantes y simpatizantes llegados desde diversos puntos del país.
No han querido perderse la cita todos los dirigentes destacados de su candidatura, desde el secretario general de los socialistas valencianos, José Luis Ábalos, hasta el alcalde de Valladolid, Óscar Puente; pasando por los exministros Josep Borrell, Cristina Narbona y Beatriz Corredor, y los diputados Odón Elorza, Margarita Robles y Adriana Lastra, entre otros.
En un ambiente festivo, en el que no ha faltado incluso un cañón de confeti, Sánchez no ha ahorrado críticas a su principal adversaria, la presidenta andaluza Susana Díaz, y ha hecho hincapié en la "improvisación" de su proyecto, presentado el miércoles, al tiempo que ha deplorado el "discurso del miedo" que, según dice, pretende transmitir para que no gane él.