Carmen tenía siete años cuando estalló la Guerra Civil, pero aún lo recuerda como si hubiese sido ayer. "Vivíamos junto a un cementerio y, como fusilaban allí, mi madre tuvo que poner colchones tapando las ventanas porque se volvía loca", cuenta, añadiendo que se pasaban "toda la noche fusilando".
Una vida cotidiana, como la de millones de españoles, recopilada ahora en un archivo para que no olvidemos. "Yo nací en el 1939 en la cárcel", indica un hombre.
Son historias de miradas de los dos bandos que acompañan una exposición fotográfica en el Museo Nacional de Antropología para dar voz a unos protagonistas anónimos.
Ángel Villa, responsable de comunicación del Museo Nacional de Antropología, explica que "son personas que en ese momento eran niños de cinco, seis o siete años y te dan un punto de vista de cómo un niño ve cambiar su entorno y su cotidianidad".
En ese momento, tocaba sobrevivir. "En la casa donde el rey tenía los perros, nos metimos cinco familias", recuerda una mujer. "Cayó una bomba y mi madre recibió unos impactos de metralla, salvándome", cuenta otro.
"Una hermana de mi abuela, en cuanto oía las sirenas de los bombardeos, me cogía de la mano y decía: '¡Vamos al metro hija!'", dice María del Pilar Fernández, de Madrid.
A veces hay que reencontrarse frente a frente con la historia para que los recuerdos no se olviden.