El escándalo del exportavoz de Sumar, Íñigo Errejón, quien ha sido acusado -y denunciado- de violencia machista, aún deja muchas incógnitas en el aire. ¿Lo pueden detener? ¿Su adicción al sexo y las drogas podría ser un atenuante? ¿Se le aplicaría la ley del 'solo sí es sí'?
Pese a que hasta ahora las acusaciones contra el expolítico se han realizado en redes sociales, la actriz Elisa Mouliaá ha sido la primera en presentar ante la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM) una denuncia contra el exportavoz de Sumar. Tras este primer paso, el de denunciar ante la Policía a Errejón más allá de hacerlo por redes sociales, podrían llamarlo a declarar.
Así, el juez Adolfo Carretero tendría que decidir si abre una investigación a partir de los hechos recogidos en esta denuncia y si lo tipifica por un delito continuado de agresión sexual o por tres delitos distintos por esos tres escenarios que se relatan en la denuncia.
Además, no hay que descartar la posibilidad de que el magistrado advierta de que hay riesgo de fuga. De esta manera, ante la gravedad de los hechos que se relatan en esa denuncia, podría decidir que lo más procedente es que inmediatamente declare para imponerle una serie de medidas cautelares que evitan la posibilidad de que se pueda sustraer a la acción de la justicia.
Los hechos que se describen en la denuncia
La denuncia recoge que Errejón "torna en una actitud dominante y le impone tres reglas". "La primera que no se alejase mucho de él esa noche, la segunda que si lo hacía no se fuese a más de veinte metros de él y regresase en un minuto y la tercera que esa noche le diese un beso", reza la denuncia.
Una vez en el ascensor, Errejón le dice a Mouliaá: "La tercera regla la voy a romper ahora mismo". En ese momento la denuncia recoge que el expolítico la "agarró (...) fuertemente de la cintura y la comenzó a besar introduciéndole su lengua en el interior de su boca, dejándola sin respiración y de una forma violenta".
El relato, sin embargo, no termina aquí. Ya en la fiesta, Mouliaá denuncia que la "introdujo en una habitación de la casa" de la cual Errejón "cerró con pestillo para impedir que pudiese escapar comenzando a besar y tocar" a la actriz "por distintas partes de su cuerpo, sobre todo en la zona de los pechos y de los glúteos" al tiempo que "le decía frases lascivas del tipo 'cómo me pones'". Incluso, "recuerda que le llegó a quitar el sujetador".
Estos hechos que describe la actriz Elisa Mouliaá en la denuncia encajarían con una agresión sexual porque, al hablar de besos y tocamientos, son hechos con un inequívoco contenido sexual en los que, además, no hay consentimiento.
¿Podría suponer un atenuante su adicción a las drogas y al sexo?
Tal y como se ha conocido tras salir a la luz las acusaciones de violencia machista contra Errejón, el expolítico estaba en tratamiento por adicción a las drogas y al sexo. Esto podría ser un atenuante si se demostrara que esa supuesta adicción al sexo o a las drogas es lo que ha llevado a Errejón a cometer esos hechos que se describen en la denuncia.
Pero lo cierto es que para demostrar eso habría que tener informes toxicológicos del investigado en el momento en el que se produjeron los hechos, es decir, hace tres años, algo bastante complicado, por no decir imposible.
¿Se le investigaría utilizando la ley del 'solo sí es sí'?
En el caso en el que se investigara al exportavoz de Sumar, no se le aplicaría la ley del 'solo sí es sí', sino la legislación anterior, el Código Penal de 1995; ya que es la ley que estaba en vigor en el momento de los hechos en el año 2021 y, además, la que resulta más beneficiosa para él.
Los delitos de agresión sexual en ese momento estaban tipificados de uno a cuatro años de cárcel. Con la ley del 'solo sí es sí' se mantuvo esa horquilla y es con la ley actual, la que reformaron el PSOE y el PP por esa rebaja de penas a delincuentes sexuales con la que se ha endurecido esa pena. Si esos hechos se produjeran ahora las penas variarían de uno a cinco años de cárcel.