El ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, ha asegurado que el capitán del barco humanitario Open Arms "no tiene capacidad jurídica" para pedir asilo para los 31 menores rescatados en el Mediterráneo. Una acción que ha llevado a cabo la ONG ante la Embajada española en Malta.

Cuando se cumplen ya 12 días en el Mediterráneo y la cifra de migrantes rescatados alcanza las 151 personas, la ONG denuncia el abandono que el barco sufre por parte de Europa y critica a los países miembro por no permitir voluntariamente el desembarco de estos migrantes salvados. "Es infame el silencio de Europa. La falta de humanidad y empatía les hace más culpables", reprochó la organización.

La respuesta de Ábalos a la petición de asilo de los menores

José Luis Ábalos ha asegurado que el capitán del barco "no tiene capacidad ni potestad" para solicitar a la Embajada de España en Malta el asilo de los 31 menores que han rescatado en esta ocasión. "No le corresponde poder ejercer esa función, entiendo que para seguir manteniendo la cuestión viva puede ser un argumento, pero no tiene esa capacidad jurídica", ha añadido el ministro en funciones.

Además, ha aclarado que el Open Arms no ha pedido dirigirse a un puerto español y ha opinado que las últimas acciones del barco humanitario "son para presionar al Gobierno de Italia para que cumpla esa labor humanitaria". Una idea que ya expresó en una entrevista en Al Rojo Vivo, en la que aseguraba que la posición del PSOE "no ha cambiado" y que la ONG no les había pedido ir a puerto español.

El secretario de Organización del PSOE también ha recordado que el barco "tiene bandera española" y que ha practicado rescates aunque "no tenía despacho para ello".

Estas duras críticas se suman a las que Ábalos pronunció al declarar que le "molestan los abanderados de la libertad que no tienen que tomar nunca una decisión", haciendo referencia a la actuación del Open en el Mediterráneo.

Situación crítica a bordo

El director del Open Arms, Oscar Camps, ha explicado a laSexta que, tras 13 días en el mar, la situación comienza a ser crítica. En el barco "abundan las peleas" y "todos quieren ponerse a salvo y tienen miedo de que sean devueltos a ese infierno que es Libia".

Además, la escasez de recursos empieza a afectar: disponen de dos baños para 151 personas y el agua debe de ser racionada.

A esto se le suma "un efecto postraumático que sufren estas personas después de haber sufrido torturas y múltiples violaciones y agresiones" en sus lugares de origen.