La gratitud reflejada en una mirada. El padre de José Luis Iranzo se emociona al ver la plaza de su pueblo abarratoda en el funeral de su hijo. Todo Andorra ha acudido a un acto reinado por el silencio.
Los vecinos le recuerdan: "Era muy conocido, muy popular, y además era muy buena persona. Ha sido un palo, ha sido un palo brutal".
También lo ha sido para la cercana localidad de Alcañiz. Allí, los honores eran para los dos guardias civiles también fallecidos. Cientos de personas y decenas de coronas de flores. De nuevo, sobran las palabras. Además, ha sonado la 'La muerte no es el final', el himno de España y el de la Guardia Civil.
Los vecinos, consternados e indignados. No eran capaces de expresar sus sentimientos: "Hundido, está hundido el pueblo". Las autoridades asistentes también se han sumado a las condenas por los asesinatos.
"Sobre todo que este criminal no vuelva a ver la luz del día", ha declarado Juan Carlos Gracia, alcalde de Alcañiz. A la espera de la justicia, los municipios de Andorra y Alcañiz tratarán de pasar esta triste página.