En el municipio de Sallent ha reinado el silencio este sábado. Vecinos y familia han despedido en la más estricta intimidad, por expreso deseo de los padres, a Iván, fallecido esta semana después de precipitarse al vacío junto a su hermana.
Él contó en su carta de despedida manuscrita que padecía acoso porque se sentía un chico y quería que le llamarán Iván, y no Alana.
Mientras, la investigación sobre lo ocurrido sigue avanzando. Después de días negándolo, el alcalde de Sallent ha reconocido en declaraciones a 'El País' que el 'bullying' podría estar detrás de la tragedia. "Hay personas que han declarado que existía el acoso y las nuevas informaciones apuntan hacia ahí", ha revelado el edil.
Una hipótesis que desde ahora también valoran los Mossos d'Esquadra y queratificarían la versión de la familia, que defiende desde el primer momento quesufrían acoso escolar. Según una amiga de la familia, esta situación se venía produciendo desde sexto de primaria y se habría intensificado en el instituto. El abuelo de los menores también ha confirmado este extremo, expresado igualmente en la carta de despedidaque Iván dejó para sus padres.
Los familiares aluden también a que habrían pedido ayuda en varias ocasiones. "Los padres fueron varias veces al colegio, al Ayuntamiento a todos lados a reclamar para que hicieran algo porque hace dos años que sufrían 'bullying'. Pero nadie hacía nada", ha asegurado una amiga.
Una atención y una ayuda que es fundamental para evitar casos como este, porque como apuntan los expertos "seguramente había pistas de lo que estaba sucediendo". Esta tragedia pone en el centro si se está ofreciendo una respuesta adecuada a estas situaciones.
Ahora, la familia se vuelca en que la otra de las hermanas se recupere lo antes posible y piden que se haga justicia con algo que nunca debería haber ocurrido.
No pueden más
Imposición de recambios y precio de mano de obra: los talleres denuncian prácticas abusivas de las aseguradoras
No puede seguir así Dueños de talleres denuncian que las aseguradoras les están imponiendo algunas condiciones, como el precio de la mano de obra o determinados repuestos. "El cliente es mío, soy yo quien da la cara", clama David García, propietario de Talleres Valbuena.