Lleva 15 años reclamando justicia defendiendo que en el asesinato de su hija "hubo responsabilidad del Estado y se cometieron negligencias que fueron las responsables" del crimen, explica Ángela González.
Su hija murió a manos de su expareja. Ella le había denunciado por malos tratos y amenazas en 48 ocasiones pero tras un largo proceso de divorcio un juez consideró que podía ver a la niña sin vigilancia un día a la semana.
"Fue algo que no me cansé de pedir, protección y vigilancia para ella", asegura González.
El 23 de abril de 2003 su expareja disparó tres veces a la niña de siete años y después se suicidó. "La justicia de España no protegió y puso en peligro la seguridad de mi hija", añade.
Ángela denunció y pidió responsabilidad al estado pero todas las instancias españolas le dijeron que no. Pidió amparo al constitucional y también se le denegó."Pensé que el asesinato de mi hija y nuestra dignidad no se podía callar", explica.
Llevó su caso a la ONU, que sí vio lo que ella llevaba una década defendiendo, que a su hija "la asesinaron porque no se la protegió".
Ahora es el Tribunal Supremo el que condena al Estado español por no darle el amparo efectivo a Ángela y su hija. "Esta sentencia es un paso gigantesco para la protección de las mujeres, hijos e hijas", considera.
Y aunque dice que nadie le ha pedido perdón, ya no le importa porque por fin siente después de 15 años que ha ganado la batalla.
Colapso de una pasarela
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