El acusado de asesinar y descuartizar a una amiga suya en Vitoria en 2016 ha afirmado que la mató a golpes con una maza porquele "sacó de quicio" durante una discusión por un microondas y que por "miedo" y para que no le "pillaran" seccionó su cuerpo y arrojó sus restos al río Zadorra.
El acusado, que confesó los hechos cuando fue detenido y que está diagnosticado de un trastorno de personalidad y de dependencia al alcohol, cannabis y medicamentos, ha relatado con detalle este miércoles lo sucedido en su casa entre el 15 y 20 de junio de 2016 durante su declaración en el juicio con jurado que se celebra en la Audiencia Provincial de Álava.
Ha explicado que comenzó a golpear a Margarita, con la que tenía una relación de amistad desde unos 8 o 10 meses antes del crimen, porque le "sacó de quicio" durante una discusión por un microondas -el acusado decía que se lo había prestado, y ella que se lo había dado- y después de que ella le amenazara con que no iba a volver a ver a su perro y a su novia.
Ese último comentario le "enervó" e hizo que se pusiera violento y la golpeara desde las piernas hasta la cabeza con una maza, herramienta que se ha exhibido en la sala al jurado y que el acusado ha reconocido.
Tras ver que había muerto, ha añadido que estuvo dos días pensando qué hacer y que finalmente decidió seccionar el cuerpo de su víctima por "miedo", pensando en su madre que es muy mayor, y para que no le "pillaran".
Como no tenía carné de conducir ha indicado que decidió deshacerse del cuerpo llevando sus restos en una maleta caminando hasta el río Zadorra, donde fueron encontrados junto a las herramientas que utilizó para descuartizarla en su casa.
El hombre, que tenía 43 años cuando sucedieron los hechos, ha reconocido que él y su víctima, de 60 años, tenían problemas con el alcohol y que ese día había bebido entre 8 y 10 cervezas de alta graduación y fumado unos 12 o 15 porros, así como tomado varios medicamentos.
La Fiscalía pide para él 20 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía, mientras que su defensa considera los hechos un homicidio y reclama 5 años de internamiento en un centro psiquiátrico y que se tengan en cuenta las atenuantes de enfermedad mental, confesión y reparación del daño, ya que intentó suicidarse en prisión para "pedir perdón" un año después del suceso.