El cuerpo de Laura Luelmo apareció semiescondido entre matorrales y semidesnudo con un fuerte golpe en la cabeza y signos de violencia en el cuello. Con máscaras y cámaras, los agentes de la UCO seguían rastreando la zona este mediodía después de encontrar sus vaqueros con los que pudo haber ido a caminar cuando desapareció a 200 metros del cuerpo.
Los primeros exámenes también han revelado que pudo ser trasladada y con la carretera nacional a pocos metros del hallazgo, la teoría cobra fuerza porque la joven salió de su casa a las cinco de la tarde y su rastro se pierde hasta las ocho, cuando el repetidor de Campofrío capta su señal. Pero el cadáver apareció cinco días más tarde, a varios kilómetros en dirección contraria.
Aún siguen buscando su teléfono móvil, que podría dar más pistas sobre el final de esta joven de 26 años. En el cuerpo de Laura podría haber restos de ADN que ayudarían a desvelar la identidad de su asesino.
Agentes de la Guardia Civil han detenido al hermano gemelo del vecino de Laura Luelmo dentro de la investigación por la muerte de la profesora de 26 años. Se trataría de Bernardo Montoya, vecino de la localidad con antecedentes y hermano gemelo del que fue el primer sospechoso del crimen.
Luelmo era una mujer viajera, alegre, estudiosa y comprometida, según recuerdan familiares y compañeros de trabajo de esta zamorana de 26 años amante de la ilustración.
Se queja, pero no vive ahí
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