En declaraciones a Efe, Miguel Rivera, abogado de Montoya, ha precisado que él mismo le ha contado este nuevo relato de los hechos y que están a la espera de que la titular del juzgado dicte la correspondiente resolución para que su cliente pueda volver a prestar declaración.
Ha señalado que este hombre, que se encuentra recluido en la prisión de Sevilla II, en Morón de la Frontera (Sevilla), sostiene ahora que él no es el autor del crimen de la joven Laura Luelmo.
Montoya ha explicado a algunos funcionarios y a su abogado que pese a que confesó "no quiere comerse un marrón" que no es suyo, asegurando que quien presuntamente mató a la maestra zamorana fue una expareja suya, de nombre Juana, a quien conoció en la cárcel Puerto 3.
Según su relato, el 12 de diciembre "esa mujer fue a su casa y que, movida por los celos al verlo hablando con Laura cogió un martillo de una caja de herramientas y le dio un golpe en la cabeza".
Rivera ha precisado que el relato de su cliente "hay que demostrarlo con pruebas y que estas existen" si bien ha apuntado "la dificultad que puede haber ahora para encontrarlas, después de dos meses".
La mujer, en una intervención en el programa "Espejo Público" de Antena 3, ha asegurado estar "indignada" y ha informado de que ha interpuesto una denuncia contra Montoya, al que no ve desde hace tres años.
En su declaración ante el juez, Montoya reconoció ser el autor de la muerte de Laura Luelmo, llegó incluso a pedir perdón a la familia a la salida de los juzgados y aseguró que "pagaría por lo que había hecho".
Este hombre fue detenido el 18 de diciembre, seis días después de la desaparición de la joven, la cual se había desplazado hasta la provincia de Huelva para cubrir una baja en un instituto de Nerva, localidad vecina a El Campillo.
Su familia ha interpuesto una denuncia
Un menor de 13 años, en el hospital tras recibir una paliza a la salida de un instituto de Granada
Un estudiante del mismo centro educativo le zancadilleó a las puertas del centro y comenzó a patearle. Fuera, continuó increpando al joven y golpeándole ante la mirada de las madres y de los padres que allí esperaban.