Bernardo Montoya, el único acusado por la violación y asesinato de la joven zamorana Laura Luelmo, reconoce "sin comas ni sombras" haber transportado su cuerpo y haber usado una manta para cubrirlo, según ha indicado hoy su abogado, Miguel Rivera.
En declaraciones a los periodistas a las puertas de la Audiencia Provincial de Huelva, ha indicado que pese a mantener su inocencia respecto de la muerte -la cual achaca a una expareja suya que quedó excluida de la causa- y la agresión sexual, sí que reconoce que "usó la manta para cubrir el cuerpo y transportarlo", entendiendo que puede ser en ese momento cuando se transfieren sus restos biológicos al cuerpo de ella.
Rivera ha incidido en que lo que quedó claro ayer con la pericial de los forenses es que "no había semen en el cuerpo, solo restos biológicos y estos, a nuestro juicio, son confusos, pueden tener cualquier procedencia y no necesariamente hacen suponer de manera indubitada que hubo agresión sexual".
"Esa ambigüedad y esa procedencia difusa de los restos encontrados nos abre una puerta a la contradicción y a sostener nuestras tesis, al menos en lo que se refiere a ese aspecto", ha señalado el abogado, para añadir posteriormente que "el tema de la detención ilegal lo tenemos muy claro, lo que es ese cargo, tenemos bastante claro nuestras posturas".
El no poder demostrar que no hubo agresión sexual puede "coadyuvar en el tema de la prisión permanente revisable y con lo que hemos conseguido es más que suficiente para ratificar en nuestra postura".
Cuestionado por el hecho de que puede haber agresión sexual sin semen ha señalado que "es así, pero que en ese caso debe ser completado con otros elementos y factores que en este caso no se dan; las lesiones en el interior del cuerpo de esta chica pueden responder a muy diversas causas no tienen porque responder a muy diversas causas no tiene porqué ser procedencia humana y de una manera forzada", ha concluido.
Las razones
El inesperado giro de la investigación del kayakista desaparecido en agosto: fingió su muerte y huyó del país para cobrar un seguro de vida
El kayakista Ryan Borgwardt, desaparecido en agosto de este año, no estaba muerto. Según han descubierto los investigadores, el hombre había contratado un seguro de vida y decidió fingir su muerte para cobrarlo. Esta es la historia de película.