La Policía Nacional ya investigó anteriormente al menos otro fallecimiento en extrañas circunstancias en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Alcalá, hace dos años, caso en el que presuntamente también habría estado relacionada esta misma auxiliar.
No obstante, en aquella ocasión no existieron evidencias que permitieran llegar a ninguna conclusión acerca de las circunstancias del fallecimiento, aunque el caso presentaba similitudes en algunos aspectos con el suceso del pasado jueves.
En aquella ocasión, la paciente murió cuando estaba a punto de recibir el alta y este hecho llamó la atención de los profesionales del hospital, que denunciaron los hechos. Al no poder avanzar en la investigación, los agentes decidieron colocar una cámara para encontrar alguna pista, según informa 'El País'. Dicho elemento ha pasado inadvertido para los trabajadores durante dos años.
Beatriz L.D. prestaba servicio en la planta de Medicina Interna del hospital Príncipe de Asturias, donde estaba ingresada la paciente de 86 años que falleció a pesar de que estaba a punto de recibir el alta. Tras la muerte de la paciente, agentes del Cuerpo Nacional de Policía se entrevistaron con todo el personal de la planta, han señalado fuentes del hospital.
La auxiliar había vuelto a incorporarse a su puesto hace solo tres meses, después de haber estado de baja un año y medio por una lesión en un brazo producida por un accidente laboral.
Trabajaba en el hospital desde hace más de 10 años y ocupaba una plaza de interina en el centro desde 2014. Prestaba servicio en uno de los cuatro controles de Medicina Interna con que cuenta el hospital en las plantas 4 y 5, dedicadas en buena medida a funciones de geriatría, debido al perfil de la especialidad y de la población a la que atienden.
En 2014, el Tribunal Supremo confirmó la pena de 127 años de cárcel impuesta a un celador (Joan Vila Dilmé) de la residencia geriátrica La Caritat, en Olot (Girona), por asesinar a once ancianos, a quienes suministró ácido cáustico, psicofármacos y otras sustancias para matarles. El celador declaró en el juicio que eran actos "compasivos" y solo quería "ayudar a morir" a los ancianos.