Los chivatazos en redes sobre controles policiales ponen en jaque a la Guardia Civil: la DGT busca endurecer la ley

En apenas cinco minutos, un grupo de WhatsApp ya había avisado de la ubicación exacta de un control policial. "Ojo, jabalís en Pazos", decía el mensaje. En menos de 15 minutos, el tráfico por la vía empezó a disminuir y los coches tomaban rutas alternativas.

Esta es la realidad con la que lidian las autoridades: los grupos de avisos en redes sociales y aplicaciones como 'Social Drive' o 'Waze' alertan sobre controles de tráfico, lo que no solo permite que conductores ebrios o drogados los esquiven, sino que también pone en peligro operativos policiales más amplios.

El Teniente Coronel Antonio Hidalgo, jefe del sector de tráfico en Galicia, advierte: "La gente que se mata por alcohol o drogas, o que provoca siniestros mortales, sigue siendo joven". Los datos revelan que estos avisos aumentan la siniestralidad en este grupo de edad.

Héctor Teixeira, de la Guardia Civil de Tráfico, señala otro problema: "Si hay un secuestro y el delincuente sabe que estamos aquí, tomará otra ruta. La droga pasará por otro sitio. Y si han robado en una casa, tampoco podremos interceptar a nadie".

Los mensajes en estos grupos han evolucionado para evitar sanciones. Ahora, en lugar de hablar de controles, usan códigos como "lechugas" (agentes de tráfico) o "sesión de fotos" (radares). Pero las autoridades no se quedan atrás. La DGT y el Ministerio del Interior ya trabajan en una reforma de la Ley de Tráfico para sancionar estas prácticas.

Mientras tanto, en la carretera, los controles pierden efectividad. Y la última imagen de la jornada es el recordatorio más cruel: una conductora distraída en la cuneta. La tecnología, que debería salvar vidas, también puede arrebatarlas.