Papá Noel cuenta con una seria competencia en España y no, no estamos hablando de los Reyes Magos. Además de ellos, en algunos rincones del país se siguen conservando algunas tradiciones navideñas que compiten de forma directa con Santa Claus.
Manchado de carbón y cambiando el gorro rojo por la boina, los niños de País Vasco y Navarra tienen al Olentzero. Se trata de un carbonero que baja de las montañas de Bizkaia, se cuela por las chimeneas para calentarse y deja regalos en Nochebuena a los que estén dormidos.
En Cantabria tienen al L'esteru, un leñador que cambia los renos por su fiel burro y a los elfos por los enanucos. Fabrica juguetes con la leña que corta, y los canjea por bellotas para repoblar los bosques en Nochebuena.
En Asturias, L'anguleru es un pescador que regresa cada Navidad para pescar angulas y con el dinero que saca de su venta compra dulces y regalos que reparte por los 78 concejos asturianos. En Cataluña y Aragón no hay ningún personaje mitológico, los regalos los caga el Tió de Nadal.
"Se tapa con una manta, los niños le dan un poco de comida por la noche: una galleta, una mandarina, y el día de Nochebuena cantan una canción, pican con el bastón, destapan la manta, y debajo hay regalos", nos cuentan.
En las montañas de León hay una cueva habitada por una generosa Vieja del Monte que baja a darles regalos a los leoneses que más buenos han sido. En Galicia, más vale que todos los niños se coman la cena de Nochebuena porque el Apalpador se colará sigilosamente en sus habitaciones para palpar barrigas. "La panza, la barriga, es la despensa del ser humano", confiesa. De esta forma, si han comido suficiente, es lleva castañas asadas.
Parecido, es el ser mágico que habita en Écija y Sevilla, conocido como el Tientapanzas. Aunque, sin duda, lo más importante es tener en cuenta que no importa de donde venga ni cómo se llame, si no cómo te hayas portado, ya que solo traerán regalos a aquellos niños que hayan sido buenos.