La Sección Primera de la Audiencia de Valencia ha condenado a seis meses de cárcel a un hombre por agredir e insultar a un vendedor de la ONCE, a quien profirió gritos de "paralítico de mierda".

El hombre deberá pagar una multa de 1.200 euros por unos hechos que ocurrieron en una estación de servicio de L'Olleria (Valencia).

La sentencia se adelantó in voce' al final del juicio y se redactará y notificará en los próximos días después de alcanzarse un acuerdo de conformidad entre las partes.

"Mantenido, paralítico de mierda", llegó a decirle el condenado, para quien la Fiscalía reclamaba en un principio una pena de un año y medio de prisión y el pago de una multa por un delito de odio, dos delitos leves de lesiones y un delito leve de amenazas continuadas. El hombre también ha sido condenado a cuatro años de inhabilitación para profesión u oficios educativos.

El condenado cogió a la víctima dos cupones y le aseguró que se los pagaría después de tomarse un café. Cuando el hombre salió del restaurante, no abonó los cupones, con lo que el vendedor se los reclamó. El condenado, lejos de abonarlos, "con ánimo de menosprecio", le contestó: "Vete a tomar por culo, puto paralítico".

"Tranquilo que tú caes, voy a ir a por mi escopeta y te voy a matar"

Posteriormente, el 29 de junio de 2022, sobre las 11:00 horas, en el interior de un restaurante, ambos intercambiaron algunas palabras. En un momento dado, el acusado, "en actitud intimidante y tono agresivo", se abalanzó sobre la víctima y le indicó: "puto paralítico, tú y todos los que son como tú tenía que mataros, a todos los paralíticos de la ONCE, mantenidos, paralítico de mierda que tenemos que pagar con los impuestos. Tranquilo que tú caes, voy a ir a por mi escopeta y te voy a matar", aseguró el condenado.

El 2 de julio de 2022, en el exterior del mismo restaurante, ambos se volvieron a encontrar y el condenado continuó con el mismo ánimo de amedrentarlo y le llegó a hacer el gesto de simular disparar un arma. Ese mismo día, en el interior del local, le volvió a gritar: "Ahora que no están los picoletos te vas a enterar". También le dio un manotazo en la mano mientras la víctima sostenía su teléfono e intentaba grabar los hechos.

Como consecuencia de estos hechos, la víctima, que contaba con 55 años en el momento de los hechos, el 26 de septiembre sufrió lesiones consistentes en crisis de ansiedad, episodio que se repitió días posteriores. Todo ello le generó una situación de desasosiego y temor que le llevó a denunciar los hechos en junio de 2022 y julio del mismo ejercicio.