Zakaria Al-Jaber, un menor de seis años, ha sido decapitado en Arabia Saudí por un hombre al descubrir que él y su madre eran chiíes, la rama minoritaria del Islam, según confirma la 'TMV'.
Ambos iban en un taxi en dirección al santuario del profeta Muhammad en Medina cuando el conductor les preguntó si eran musulmanes chiíes. La mujer dijo que sí e inmediatamente el conductor paró el coche y sacó al menor a la fuerza del interior.
Una vez en la calle, el taxista le apuñaló en el cuello hasta la muerte con un trozo de cristal roto. La madre, que presenció el asesinato de su hijo, intentó detener sin éxito al agresor entre gritos y lágrimas.
Además, un policía de la zona también intentó impedir que que el hombre acabara con la vida del niño. "Los testigos informan que el niño fue decapitado detrás de su cabeza mientras la madre observaba y gritaba", explica el informe policial.
La organización 'Shia Rights Watch' ha calificado este asesinato como un acto de violencia sectaria contra una minoría perseguida.
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Localizaba establecimientos con un único trabajador, realizaba su pedido y al proceder al pago, aprovechando el despiste del dependiente, lo amenazaba con un arma hasta que le entregaba el dinero de la caja registradora.