Cada vez se conocen más datos sobre Tomás Gimeno, padre de las niñas secuestradas en Tenerife, después de que durante la noche de este jueves se confirmara que el cuerpo hallado en las profundidades del mar pertenece, casi con total seguridad, a Olivia, la hija mayor.
Ante esto, como explica Bea Osa, periodista de laSexta que ha cubierto la desaparición, los investigadores utilizan dos vías para definir el perfil de Gimeno: por un lado, los testimonios de su entorno más cercano y, por otro, los antecedentes.
"Posesivo, temperamental y manipulador": así lo califica su entorno
De acuerdo con la periodista, los testimonios del entorno cercano de Gimeno son muy reveladores en cuanto a su personalidad. "Hablan de alguien posesivo, temperamental, manipulador y capaz de salirse como sea con la suya", relata Osa en Al Rojo Vivo.
No obstante, estos mismos testimonios arrojan una segunda cara en el padre de las niñas: "Destacaban ese carácter afable con sus hijas. Incluso le calificaban de padrazo", apunta. Este es un hecho al que Beatriz Zimmermann se habría agarrado en sus mensajes en redes sociales, con la fe de que, al final, Anna y Olivia no hubieran sufrido ningún daño.
Antecedentes, disputas y denuncias
Como apunta Osa, los investigadores también están prestando especial atención a los comportamientos delictivos de Gimeno. A pesar de que se desconocen muchos datos, debido al secreto de sumario, laSexta ha podido saber que el progenitor cumple toda una ristra de delitos.
"Se suman las disputas con su propia familia: tenía denuncias por intento de agresiones y amenazas a dos de sus tíos, multas sin pagar y hasta un accidente de trafico en el que no quiso someterse al control de alcoholemia", relata la periodista. Un historial delictivo que se añade, además, a múltiples acusaciones de su expareja, Beatriz, que llegó a personarse en el cuartel de la Guardia Civil para denunciar que Tomás la había amenazado.
Y son delitos que han sido documentados. En agosto de este mismo año, Gimeno tuvo un enfrentamiento con Zimmermann a plena luz del día, en un parking, tras protagonizar una disputa con la nueva pareja de la madre de los niños. Los testigos confirmaron cómo Tomás se encaró con la pareja de Beatriz, y luego cómo llegó a arrastrarla por los suelos del lugar.
Un perfil diferente al de otros parricidas
Se trata de un caso que recuerda a otras tragedias perpetradas en España, como fueron los asesinatos efectuados por José Bretón o David Oubel, el parricida que mató a sus hijas con un radial. No obstante, como apunta Leo Álvarez, periodista de laSexta especializado en sucesos, el contexto de Gimeno tiene un tinte distinto.
A diferencia de lo que podría ocurrir con otros asesinos, el padre de Anna y Olivia es una persona acomodada, "de buena familia", recalca el periodista. "Y es algo que a la propia Beatriz le hacía pensar que, a su manera, era un buen padre. Con muchas comillas, pero le hacía pensar que, en ninguno de los casos, podría hacerle daño a sus hijos".
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La cuestión es que este relato de Gimeno se ha dado de bruces con los hechos. Desde el secuestro de las niñas, materializado hace más de 40 días, hasta el hallazgo del cuerpo de Olivia. Se confirma así un carácter conflictivo que, poco tiempo después, se transformó en su peor crimen. La madre de Anna y Olivia no quería perjudicar a Tomás, pero en marzo de este año, finalmente, se unió al protocolo de protección por violencia machista. Apenas un mes tras esa fecha, Gimeno efectuó su última amenaza: Beatriz no volvería a verlos ni a él ni a sus hijas nunca más. "Un dato muy contundente", sentencia Osa.