Los agentes de la Policía Nacional que acudieron a un domicilio de Valencia tras una llamada de urgencia actuaron sin pensárselo. Su rapidez ha logrado salvar la vida de una niña de dos años que se había desmayado.
"No hay tiempo para pensar, hay que aguantar la sangre fría y actuar, intervenir, no ponerse nervioso", han explicado los agentes que practicaron maniobras de reanimación a la menor ya cuando se encontraban en el coche de camino al hospital.
Todo ocurrió el pasado sábado, cuando una llamada telefónica al 091 alertaba de la emergencia en un domicilio. Hasta allí se acercaron los dos agentes, protagonistas de esta historia, que se encontraron a la pequeña desvanecida y a un grupo de unas diez o quince personas "totalmente exaltadas. Había cundido el pánico".
La niña estaba inconsciente y no respondía a ningún estímulo, por lo que los agentes decidieron trasladarla ellos mismos en el vehículo policial al hospital, sin esperar a la llegada de los servicios sanitarios.
En el coche, de camino, le realizaron ejercicios de reanimación a la pequeña, su vida estaba en peligro. "Cogimos a la niña y la subimos en brazos al vehículo con nosotros en el habitáculo delantero, y la madre iba detrás", señala uno de los agentes, para añadir que salieron "disparados hacia el hospital y durante el camino le realizamos la reanimación cardiopulmonar para tratar de resucitarla y que tuviera signos vitales".
En la misma calle de acceso al hospital, "la pequeña hizo un primer ademán de abrir los ojos, y al segundo intento los abrió y se agarró, y nos dimos cuenta de que, por lo menos, estaba viva. Te dan ganas de llorar", confiesa el agente.
"Gracias a que mi compañero tiene una gran pericia al volante, llegamos en seguida al hospital pues los compañeros cortaron el tráfico. Gracias al trabajo en equipo llegamos en cinco minutos", añade. Según explica, aún no han hablado con la madre de la pequeña. "Lo haremos, pero ahora queremos respetar la intimidad, todavía está con la niña en el hospital, pero sabemos que está muy agradecida, que somos sus héroes ahora mismo y que no sabe cómo agradecérnoslo".
"Este tipo de servicios son de los más gratificantes"
"La familia estaba desesperada, era una petición de socorro brutal, estaban desconcertados, gente de aquí para allá, había cundido el pánico porque la situación era grave", ha explicado uno de los agentes sobre lo ocurrido.
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A su juicio, "este tipo de servicios son de los más gratificantes que dentro de la seguridad ciudadana uno se puede encontrar porque te gratifican como persona tanto como policía y, al final, ha tenido un desenlace afortunadamente feliz". El otro policía reconoce que cuando vieron la situación "no teníamos tiempo de pensar qué hacer, teníamos que actuar de la mejor manera posible y sin perder ni un segundo".
Una noche aguantando el aliento
Horas de pánico y mucha agua en Benamargosa donde el barro llega hasta el altar de la Iglesia
En Vélez-Málaga la corriente también se ha abierto paso entre sus calles. Allí ha habido zonas en las que los vecinos se quedaron atrapados, ya que "de buenas a primeras entró el agua para dentro".