Moisés se asoma a la ventana de su piso. Parece tranquilo. Aunque acaba de matar, presuntamente, a su suegro. A golpes, abriéndole la cabeza, parece, que con un martillo. Momentos después, se encuentra atrincherado en su casa. Abajo, la Policía y los GEO esperan para actuar. Creen que puede tener algún rehen.
Hasta allí también llega la hermana del presunto asesino. Habla por teléfono. Confusa. "¡Que no lo sé! ¡Que le ha metido un tiro Moisés en la cabeza al padre de su novia y le ha matado!", grita su hermana mientras habla por teléfono. Cuando un agente intenta calmarla, le increpa: "¡Déjeme en paz!".
Los agentes colocan una colchoneta por si el atrincherado se tira ventana abajo. Moises, que vive en el quinto, con múltiples antecedentes, salía con su vecina del primero. Y allí discutió con el padre de la chica, un hombre de 60 años. Lo encontraron muerto en el garaje.
"¿Dónde está la novia? Me cago en la puta que yo me entere quién es. ¿Dónde está la perra de su hija?", sigue la hermana del presunto asesino, sin soltar el móvil ni la bicicleta. Tras siete horas atrincherado, los GEO entran en su vivienta y se lo llevan detenido.
Poco después, la hermana de Moisés atendía a los medios para dar un perfil de su hermano: "Estuvo en la cárcel y salió, y el de la condicional dijo que lo estaba llevando bien. No sé qué le habrá pasado con la chica". Ahora, el acusado espera en comisaría a declarar ante el juez.