El Hospital Veterinario Valencia Sur ha reconstruido la boca a un perro abandonado que no podía comer con normalidad a causa de una hendidura del labio y por tener la mandíbula más corta que la maxila. Inicialmente se diagnosticó como una malformación congénita de labio leporino, aunque los expertos creen que puede ser producto de un trumatismo.
La intervención, realizada el 28 de febrero, finalizó con éxito gracias al equipo liderado por el director del centro y especialista en cirugía maxilofacial, Jorge Llinás, que contó con la colaboración del cirujano experto en cirugía cardíaca y respiratoria y especialista en tejidos blandos, Roberto Bussadori, detalla el hospital en un comunicado.
Lucky tenía una hendidura del labio y un braquignatismo mandibular que le impedía hasta ahora comer con normalidad, por lo que sólo podía ingerir caldos y alimentos líquidos. La operación se ha llevado a cabo gracias a la campaña de donaciones de la protectora ADAM de la localidad alicantina de Pilar de la Horadada, la organización que lo rescató cuando fue abandonado.
Desde el centro destacan que el ejemplo de este perro es "un caso rarísimo de supervivencia", ya que los cachorros con este tipo de malformación no pueden succionar la leche materna y su esperanza de vida es muy corta, pero "Lucky es un perro con mucha suerte". Y es que el can fue abandonado y rescatado por la protectora, que lo llevó al hospital hasta que un día después se le practicó la rápida intervención ante su complicado estado de salud.
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Además de las malformaciones en la boca, Lucky llegó al centro con una infección crónica en la boca como consecuencia de no poder comer bien. Esa malformación le ha provocado la pérdida de dientes y de parte del tejido blando de la encía, que a su vez ha causado un retraimiento del labio. El perro ha perdido los labios derecho e izquierdo y la leishmaniosis que padece ha provocado la pérdida de tejido de las encías.
Ante este cuadro clínico, la intervención quirúrgica fue realizada con carácter de urgencia y se prolongó durante más de hora y media. Antes de la operación se trató la estomatitis que el perro tenía en la boca, mediante una limpieza de la cavidad bucal, la retirada de las piezas infectadas y el tratamiento de las encías mediante una fotovaporización con láser.
Ya en la intervención quirúrgica se reconstruyó el labio y se levantó la nariz, realizando unas plastias en zeta modificadas, que son técnicas que se aplican en cirugía humana en la reconstrucción de labios leporinos y paladares hendidos en niños. Posteriormente se llevó a cabo una reconstrucción de la premaxila y por último se realizó el cerramiento de una anómala comunicación de la cavidad oral con la nasal.
Las dificultades de Lucky para comer eran en buena parte consecuencia de que la comida y los líquidos que ingería se le iban a la cavidad nasal. La operación se centró en tapar esa vía para posibilitar que pueda usar la boca como un perro normal y que pueda comer bien.
Un día después de la intervención, Lucky ya empezó a ingerir líquidos, y pasó a una dieta blanda 24 horas después. Sin embargo deberá permanecer hospitalizado para completar el tratamiento de la leishmaniosis y, si todo va bien y se recupera con normalidad, en una semana o diez días podrá volver a casa con la familia adoptiva que le buscará la protectora.