La Dirección General de Tráfico ya ha dado el primer paso para reducir la siniestralidad vial con la bajada del límite máximo de velocidad en las carreteras secundarias, la avanzadilla de una serie de medidas que pasan por fomentar las calles 30, regular el patinete y acabar con el uso del móvil al volante.
Son algunos de los retos que Tráfico se ha planteado para 2019 con el objetivo de frenar la sangría vial, porque después de varios años entre los países europeos más seguros en la carretera, cambió la tendencia y durante los cuatro últimos ejercicios la curva fue ascendente, si bien 2018 podría de nuevo invertirla.
Una "violencia vial", como la denomina el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que hasta el pasado día 20, última cifra actualizada en la página de la DGT, se había cobrado 1.173 víctimas mortales, 25 menos que en el mismo periodo del año pasado. Cierre como cierre el presente año, Tráfico, encabezado por su director general, Pere Navarro, ya se ha puesto en marcha.
Así, el Consejo de Ministros ha aprobado un real decreto para rebajar de 100 a 90 km/h la velocidad máxima en las todas las carreteras secundarias, independientemente de la medida del arcén. Relacionada con la velocidad está la intención de Tráfico de aumentar el número de radares y de agentes de la Guardia Civil y de quitar puntos cuando se haya superado en 20 km/h el límite máximo en las convencionales.
Hasta ahora, solo acarrea multa de 100 euros, pero no se detraen puntos. Solo se restan cuando se supera en 30 km/h y más. Pero si la propuesta sale adelante, cuando el conductor circule a 111 km/h se le quitarán 2 puntos, cifra que irá aumentando medida que lo haga esa diferencia de velocidad.
También preocupa la velocidad en las ciudades, tanto a la DGT como a las propias urbes, que están demandando límites a 30 km/h para calles de un único sentido o de un carril por sentido para reducir la siniestralidad y la lesividad de los accidentes, para calmar el tráfico urbano y favorecer la coexistencia de los diferentes usuarios.
Desde 1992, el límite genérico en esas vías es de 50 km/h. La DGT ya ha presentado a consulta pública un proyecto de modificación del Reglamento de Circulación para fijarlo en 30 km/h y pueda ser recogido en las respectivas ordenanzas municipales. Hasta el 7 de enero hay plazo para presentar las sugerencias pertinentes.
Y en esa coexistencia de los distintos usuarios de la vía ha aparecido uno nuevo, el patinete eléctrico, que ya ha causado unos 300 accidentes este año. Se trata de un vehículo de movilidad personal que también quiere regular la DGT en ese mismo proyecto para darles, al igual que a las bicicletas de pedaleo asistido, un encaje jurídico.
Navarro se ha mostrado especialmente preocupado por el excesivo uso del teléfono móvil al volante y, sobre todo, del Whatsapp. Por ello, se modificará la ley para aumentar la pérdida de puntos por esta infracción de los 2 actuales a 6. Tráfico propone asimismo subir de 3 a 4 el número de puntos que se pierden por no llevar el cinturón de seguridad, el casco o los sistemas de retención infantil, las "sillitas".
Otra de las medidas en cartera es que sea obligatorio asistir a algunas clases presenciales de seguridad vial para sacarse el carné de conducir, como se hace en el 70 % de los países europeos, y que los profesores de autoescuela se formen en la educación reglada y, en concreto, en la Formación Profesional.
Dentro de las reformas que Tráfico quiere emprender, ya ha diseñado la modificación del carné por puntos tras más de doce años de implantación. Una reforma que, entre otras cosas, permitirá a los infractores recuperar 8 puntos en lugar de los 6 actuales si superan el curso de sensibilización y reeducación vial, que tendrán una duración de 12 horas en el caso de los de recuperación parcial y de 24 los del permiso o licencia.
La pretensión de la DGT es unificar a dos años el plazo para recuperar el saldo inicial de puntos, por lo que desaparecerá la distinción existente hasta ahora entre dos años cuando se habían perdido por sanciones graves y tres cuando era por muy graves. Y mientras se aprueban y ponen en marcha las diferentes medidas, Tráfico ha vuelto a apostar por campañas de sensibilización duras, como se hizo en los noventa, desde el convencimiento de que también contribuyen a la reducción de esa "violencia vial".