Lola, la madre de la mujer querobó los 40 Satisfyeren Redován, Alicante, ha contado en una entrevista para Espejo Público la dramática situación en la que se encuentra su hija, quien padece un tipo de esquizofrenia y, desde hace un par de años, está metida en las drogas.

Insistiendo en que el suceso no es un "tema de risa", la mujer ha explicado que "está enferma desde los 17 años. Tiene esquizofrenia paranoide por la que está cobrando una paga de 365 euros no contributiva".

"Ella lleva su tratamiento, va a su psiquiatra y le ponen su medicación todos los meses. Pero, desde hace dos años, se ha metido en las drogas y yo he pedido auxilio a la Administración", ha señalado Lola, que ha agradecido la labor de los servicios sociales de Redován.

La mujer ha contado cómo su hija le roba con frecuencia en casa y ha admitido estar "pasándolo muy mal". "Tengo cerraduras en todas las puertas. El otro día se llevo el aire acondicionado de 500 euros, que he recuperado", ha apuntado.

En este sentido, ha destacado cómo el robo de la caja con los Satisfyer no fue algo sorprendente, porque, "ella llevaba dos o tres semanas, según la Guardia Civil, pasando por esa tienda y cogiendo alguna prenda, pero eran cuatro o cinco euros y no se le daba mayor importancia". "Ese día se ve que volvió a pasar, vio que no había nadie y cogió la caja que estaba ahí", ha indicado la madre.

Tras el suceso, ha relatado, su hija "abrió la caja, se vio la sorpresa y se los regaló a varias personas. De ahí, se fue a un masajista y dejó allí algunos para que le dieran 10 euros por eso". "Ella no sabe ni lo que valen. Dijo que eran para dar masajes en las piernas", ha subrayado.

Después, volvió a casa y su madre le preguntó qué había en la caja. "Los guardé en una habitación con llave y por la noche ella cogió tres, pero la Guardia Civil le paró", ha explicado. La propia Lola pretendía entregarlos por la mañana a los agentes.

"Metí uno con una caja vacía, porque se ve que lo había usado ella, pero los demás estaban todos cerrados. Cuando, al día siguiente, lo encontré en la habitación, también lo llevé a la Guardia Civil", ha señalado.

Lola ha insistido en que, tal y como le indicaron desde los servicios sociales, necesita incapacitar a su hija para poder ingresarla y realmente tratar su enfermedad sin que pueda irse por decisión propia, algo que ha hecho en diferentes centros. Porque, de no hacerlo, la mujer "para unas cosas está enferma y para otras cosas no lo está".

No obstante, para que la incapacitación pueda llevarse a cabo, le falta la firma del fiscal, quien ha asegurado que resolverá este problema a principios de la próxima semana. "Ayer fui directamente al fiscal y le dije: 'Mire, ¿me tengo que arrodillar para pedirle su firma para meter a mi hija?' Y el me respondió: 'No se preocupe, el lunes o el martes se lo vamos a solucionar'", ha concluido la mujer.