Siguen algunas incógnitas sobre los niños de 15 y 13 años que fueron detenidos por el asesinato de su madre el miércoles en Castro-Urdiales (Cantabria). La titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Santander ha acordado el internamiento en régimen cerrado durante seis meses del hijo mayor. Ahora, y según el periódico El Debate, el adolescente de 15 años y autor confeso del asesinato habría denunciado hace dos años en el instituto que él y su hermano sufrían maltrato en casa. Problema que, supuestamente, solucionó el colegio con una reunión.
Fuentes del centro escolar afirman a dicho medio que ambos adolescentes nunca han sido conflictivos, aunque sí algo reservados y aislados, dicen, socialmente por sus padres. Asimismo, afirman que el ambiente en su casa era irrespirable y que a ambos les pegaban con una zapatilla hasta dejarles la piel en carne viva, les decían que no servían para nada. La Consejería de Educación de Cantabria ha asegurado a laSexta que no había ningún expediente abierto ni ninguna denuncia recogida.
Los niños de la localidad que conocían a esta familia aseguran que los menores "no solían salir mucho y no tenían vida social", y aseguran que "tenían peleas constantes y la madre salía a gritarle al niño y a veces le agredía en la urbanización". Otra niña señala que "no les dejaban tener un teléfono" y que los llevaban a todos los sitios en coche y los dejaban en la puerta.
Un entorno familiar que habría afectado pero no justifica la actuación de los adolescentes, según los expertos. Todavía no se sabe si estos menores sufrieron o no maltrato. Tendrían que evaluarlo con un peritaje psicosocial, es decir, un diagnóstico que determine si estos menores pudieron generar un trauma por maltrato y tratarlos con terapia psicológica.
Según el ministro del interior, Fernando Grande-Marlaska, no constan denuncias previas de violencia doméstica y tampoco expedientes de inspección educativa. De momento, el hermano mayor se enfrenta a seis meses de internamiento hasta que sea el juicio y el menor, inimputable, está en un centro de protección de menores a la espera de saber quién asume su tutela.