El desahucio no se ha podido parar, como sí pasó la primera vez. Blanca, una mujer de 78 años, ha sido desalojada de su piso de alquiler esta mañana en Barcelona, por una deuda de 88 euros. Ha vivido su momento más difícil, pues ha dejado el que se ha sido su hogar los últimos 50 años. "Esto también lo hizo mi marido", cuenta a la cámara. Le ha costado contener las lágrimas, pero ha podido.
Su lucha empezó hace seis años. Blanca, con un contrato de renta antigua, pidió a la propietaria del piso unas pequeñas mejoras. A cambio le impuso una subida de 88 euros al mes. "Yo quiero morirme aquí", lamenta. Empezó entonces un largo y complicado litigio.
La propietaria argumentaba que el precio del alquiler había subido. Blanca intentó hacer frente a la subida, pero cuando solo quedaba una cuota por pagar llegó la respuesta judicial y, con ella, la orden de desahucio.
Hace dos meses ya hubo un primer intento de echarla. Pero ese día sus vecinos lo pararon. Hoy no ha sido posible. Su pequeña resistencia ha sido la entregar mañana las llaves. Vivirá en una pensión hasta que el ayuntamiento le encuentre una vivienda.
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La indignación ha cubierto la ciudad condal ante los altos precios del alquiler. Muchos de ellos lamentan haber tenido que dejar la ciudad por no permitirse vivir en ella.