El fuego no da tregua en la sierra de Llutxent. Las llamas continúan avanzando sin control y, aunque la situación va mejorando con el paso de las horas, se está aún "en una incertidumbre grande", según ha expresado el president de la Generalitat, Ximo Puig. Un cambio en la dirección del viento podría darle la vuelta a la situación en cuestión de minutos.
Eso mismo es lo que pasó horas atrás. Por eso, se pide prudencia. "La situación es mejor de lo que nos encontramos esta mañana. Las condiciones orográficas y meteorológicas han influenciado mucho para que el incendio sea devastador", ha apuntado la consellera Gabriela Bravo.
A eso hay que sumar que siguen tres focos activos. El que más preocupa es el de la parte sur, donde se originó el fuego. Todos los esfuerzos se concentran en que las llamas no lleguen a la sierra de Cuatretonda. La esperanza está puesta en las alturas. Desde allí trabajan 27 medios aéreos junto a 700 efectivos a pie de tierra que participan en las labores de extinción.
Las cifras, de momento, son dramáticas: casi 3.000 hectáreas arrasadas, seis municipios afectados, 40 casas quemadas, diez de ellas totalmente calcinadas, y más de 3.000 desalojados que todavía no podrán dormir en sus casas. Son las imágenes devastadoras que deja el que se considera ya el peor incendio de 2018.