Vecinos, en la lucha

Inquilinos denuncian que una propietaria los está expulsando: "Admitió que le salía más a cuenta hacer contratos temporales"

Los detalles
Vecinos y exvecinos de una finca se han unido para alzar la voz ante lo que, consideran, unos desahucios encubiertos, al hacerles solo alquileres de forma temporal o subir los precios.

Inquilinos en lucha

Vecinos y exvecinos de un edificio de Barcelona se han unido para denunciar que la propiedad los está expulsando. "Y lo está haciendo con familias, con niños. Hay gente que lleva entre 14 y 15 años viviendo en esta finca", señala Gloria Vega, exvecina. Los afectados afirman que el objetivo último de la propietaria es acabar con los contratos de larga duración, para que sean todos de temporada. "Ella me admitió que salía más a cuenta hacer contratos temporales", expresa al respecto Gloria.

En este sentido, Carla Molina, exvecina y miembro del Sindicat Habitatge Sant Andreu, afirma que "los pisos que son de larga durada tienen un índice y ella, al ser gran propietaria, se le limita el precio al que puede poner los pisos". La propia Carla cuenta que incluso los contratos temporales se aplicarían de forma fraudulenta. Al menos, dice, ese fue su caso: "Nos propusieron un contrato de 11 meses, nosotros dijimos que queríamos quedarnos más, nos dijo que no nos preocupásemos, que nos iba a renovar el contrato automáticamente, y eso no pasó". "Tenemos constancia de otros pisos en los que también se les ha prometido contratos a largo plazo, pero que siguen teniendo contratos temporales", denuncia.

Sin embargo, no es solo cuestión de precios y de contratos, sino también del trato por parte de la propietaria. Tomasa Roca, miembro Sindicat Habitatge Sant Andreu, expresa que "los vecinos tienen miedo" porque "les está amenazando para que no hablen". "Yo sí me he sentido acosada", declara sobre este asunto Gloria Vega, quien tuvo que marcharse después de siete años en la finca.

Alexandra González también entró con un contrato de siete años con sus dos hijos, y ella se resiste a irse. "No me quiero ir porque este fue mi hogar de muchos años", defiende. Ella logró que la propietaria le hiciera dos prórrogas, la última ya venció y ahora tiene encima de la mesa una demanda de desahucio. "Con la voluntad de negociar, yo he pagado todos los meses", manifiesta Alexandra.

Por su parte, la propiedad dice que es falso que fuerce a los arrendatarios, asegura que cumple con los contratos y que prima la resolución amistosa con los vecinos. Mientras, del otro lado, seguirán en la lucha.