La joven española Patricia Aguilar encontrada por la Policía en una secta en la selva peruana ha sido víctima de un "rapto psicológico" por parte del líder del grupo, el peruano Félix Manrique, según declaró su padre Alberto Aguilar.
En declaraciones a los periodistas en Lima, adonde viajó para impulsar la búsqueda de su hija, Aguilar dijo que la muchacha, de 19 años, fue captada a través de Internet por Manrique, que manejaba teorías apocalípticas en la red y formó la secta Gnosis.
Patricia "fue a contar un sueño suyo a través de una página esotérica" y Manrique le contestó y "la llega a captar cuando tenía 16 años por Internet", explicó su progenitor.
La joven abandonó España al cumplir 18 años y su familia empezó su búsqueda hasta dar con su paradero en Perú, donde la secta de Manrique tenía a varias mujeres y niños en San Martín de Pangoa, ubicada en la selva de la región Junín.
Aguilar dijo haber visto a su hija "bastante mal y delgada", acompañada de una bebé de un mes que se presume es la hija que ha tenido con Manrique. "Fuimos con la Policía a que nos ayuden a sacarla de donde estaba, ahora vamos a ver como está, no sé cómo se encuentra (psicológicamente)", anotó.
Aguilar agregó que quiere regresar a su país con su hija, pero que si ella no lo desea, "ya veremos la forma de que lo haga", porque indicó que "no es posible que esté desaparecida sin un número de domicilio".
El director de la división policial de Trata de Personas, coronel Antonio Capa, declaró a la prensa que el operativo de detención de Manrique permitió el rescate de tres mujeres y cinco menores que presentan "un alto grado de desnutrición" y son atendidos por el Ministerio Público y el ministerio de la Mujer.
Tres menores son hijos de la esposa de Manrique, otro menor es hijo de una conviviente y la bebé de un mes es hija de la española, indicó el jefe policial. Manrique está detenido y será investigado por el presunto delito de trata de personas, cargo que fue denunciado por el padre y los familiares de otras de las mujeres de la secta.
Precisamente, la hermana de otra de las víctimas de Manrique, Adriana Vega, declaró a los periodistas que el líder de la secta estudió filosofía y que toma "diferentes religiones para acoplarlas a su conveniencia" y captar a mujeres con las que mantiene relaciones sexuales.
La mujer pidió a las autoridades peruanas "que no lo dejen libre porque no puede ser posible que esté captando niñas" para manipularlas a su conveniencia.