En pie de guerra

Propietarios de Lavapiés y Valencia se quejan de los pisos turísticos: "Expulsan a los vecinos y generan inseguridad"

¿Qué está pasando?
La situación en algunas ciudades es límite. Los pisos turísticos proliferan y los vecinos no aguantan más. Muchos agradecen al Gobierno la medida que les permite modificar los estatutos de las comunidades para prohibirlos.

Vecina de Lavapiés aliviada por la prohibición de los pisos turísticos

España ha dicho basta. Bajo el lema 'Acabemos con el negocio de la vivienda', más de 40 ciudades se movilizaron este sábado para pedir unas condiciones dignas para el acceso a la vivienda. Una manifestación que se convocó a nivel nacional y que buscaba impedir que se especule con ella, así como impedir desahucios encubiertos a través de subidas imposibles del alquiler y pedir una legislación contra el acoso a los inquilinos. También que se regulen los pisos turísticos, una de las lacras de nuestras ciudades.

Son muchos los vecinos que, precisamente por este vaivén de gente extraña, los que están indignados. Porque los pisos turísticos, aparte de encarecer los precios de los inmuebles, también cambia la vida de los barrios y echa a los vecinos de toda la vida.

A esta incomodidad se enfrenta, en su día a día, Pascual, un vecino de Valencia que cada semana tiene vecinos diferentes. Y, es que, tras hacer la "inversión más importante" de su vida, que no es otra que comprarse su propio piso, se ha dado cuenta de que en su bloque hay "24 pisos turísticos". "Es un hotel horizontal", se queja. Este hecho, en parte, le arruina sus planes de vida

Ximo Beltrán, por su parte, confiesa que cayó en el engaño que le vendieron: "Nos dijeron que llegarían comercios de barrio, pero son pisos turísticos".

Desde el Gobierno se está intentando dar jaque a los pisos turísticos y ya han modificado la ley de propiedad horizontal, que permite a las comunidades de vecinos aprobar, con una mayoría del 60%, prohibir los pisos turísticos.

Gracias a esta, comunidades como la de Miguel Roig, presidente, han logrado esta efeméride cambiando los estatutos.

La misma decisión la han tomado en la comunidad de vecinos de Mercedes, en el céntrico barrio madrileño de Lavapiés. Su urbanización es una excepción, ya que, pese a ser una de las zonas más solicitadas, han logrado que no haya pisos turísticos, que "expulsan a los vecinos de toda la vida", provoca que los alquileres habituales desaparezcan y que se disparen los precios de los pocos que quedan.

A esto se suma, como denuncian, un problema de "inseguridad", ya que los turistas que suelen acceder a los bloques no suelen "registrarse en ningún lado".

Para el sindicato de Inquilinas, la medida aprobada por el Gobierno es toda una necesidad, que va a permitir a los barrios de siempre, continuar con sus vecinos de siempre, en sus casas de siempre; en vez de verse obligados a abandonar sus viviendas de toda la vida por los elevados precios.

Como clama Marina Parés, portavoz del sindicato Vivienda Socialista de Cataluña, "todo lo que no sea atacar al beneficio de rentistas y propietarios, no atajará el problema" porque, muchos propietarios siguen intentando sacar la máxima rentabilidad de sus viviendas.