La actividad física y la perdida de peso no tiene por qué implicar deporte. Es decir, podemos llevar una vida activa y huir del sedentarismo sin necesidad de acudir al gimnasio. Solo tenemos que desacostumbrarnos de ciertas conductas e intentar movernos más en el día a día para adelgazar.
Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del Instituto Médico Europeo de Obesidad (IMEO), acuñó hace tiempo un nuevo concepto para la actividad física diaria que no implica deporte: ‘city training’. “Consiste en ir sacando calorías a lo largo del día. Lo acuñamos hace un par de años para ayudar a pacientes que no podían o no querían ir al gimnasio”, explica Bravo a lasexta.com
En su clínica, Bravo recomienda a sus pacientes que, por ejemplo, “se bajen del metro o el autobús una parada antes, que suban y bajen escaleras en vez de utilizar el ascensor… Nos dimos cuenta de que hacer eso todos los días era como meterte en una clase de ejercicio en un gimnasio”.
La Organización Mundial de la Salud habla de estas actividades como algo positivo, y menciona que “las políticas relativas al empleo y el lugar de trabajo” deben fomentar “los desplazamientos activos y las oportunidades de realizar actividades físicas durante la jornada laboral”.
“La gente relaciona el ejercicio con ir al gimnasio. A muchos no les gustan los gimnasios, pero el concepto de estilo de vida activo y de realizar actividad física no está necesariamente relacionado con hacer un deporte en concreto”, reflexiona Bravo.
Aumento del sedentarismo
El sedentarismo y los estilos de vida con una escasa o nula actividad física se han incrementado. La OMS indica que los niveles mundiales de actividad física “no han mejorado desde 2001”.
De hecho entre ese año y 2016, la “insuficiente actividad física” aumentó cinco puntos porcentuales, del 31,6% al 36,8% en los países de ingresos altos, según la Organización Mundial de la Salud.
“Hay personas que no tienen tiempo, que llegan tarde a casa o tienen hijos, y aprovechan el tiempo diario para hacer 8.000 o 10.000 pasos”, dice Bravo. “Durante el fin de semana están activos, hacen gimnasia aeróbica moderada. Así, durante la semana tonificas y con la parte aeróbica quemas grasa, consiguiendo hacer un deporte mixto”, asegura.
Además, la pandemia hace que mucha gente pueda tener reticencias a ir al gimnasio, un lugar cerrado y con mucha gente. Bravo cuenta que hay personas “que se han montado un pequeño gimnasio en casa, que se han comprado una bicicleta estática, unas mancuernas o cintas de pilates, han hecho una inversión y lo quieren a aprovechar”.
¿Cuánto tiempo debemos hacer ejercicio?
La Organización Mundial de la Salud marca unas pautas a seguir por una persona adulta, de entre 18 y 64 años:
Dedicar 150 minutos (2 horas y media) semanales a la práctica de actividad física aeróbica, de una intensidad moderada, o 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana. Se pueden combinar equivalentemente actividades moderadas y vigorosas.
La actividad aeróbica se debe practicar en sesiones, como mínimo, de 10 minutos de duración. Los adultos de este grupo de edad podrían aumentar la actividad física moderada aeróbica hasta 300 minutos por semana, o hasta 150 minutos semanales de actividad física intensa aeróbica.
Realizar actividades de fortalecimiento de los grandes grupos musculares, mínimo, dos veces por semana.
La OMS habla de los beneficios de la actividad física en adultos citando la mejora del sueño, de la salud mental -ansiedad y depresión-, la hipertensión, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares.
Para niños y adolescentes, habla de mejora de la salud ósea, salud mental, resultados cognitivos y el estado físico general.