Michella Welth estaba cuidando de sus hermanas pequeñas en un parque de Tacoma (Washington) en marzo de 1986, cuando se le vio por última vez. Solamente encontraron su bicicleta y unos sándwiches que había comprado para sus hermanas. Un perro policía encontró su cuerpo esa misma noche en un barranco cercano.
La autopsia determinó que la pequeña Michella, de 12 años, había muerto asesinada tras ser violada. El suceso se archivó sin resolverse, puesto que no se encontró a ningún sospechoso.
Hoy, 32 años después, el rastro hallado en una servilleta ha servido para resolverlo. La policía científica ha logrado reconstruir una huella en base al ADN obtenido en la escena del crimen. La servilleta que recogió un agente llevó a los investigadores hasta el AND de Gary Hartman, de 66 años, detenido por el cruel asesinato de la menor.