El abogado de David Serrano, dueño de la finca donde el pequeño Julen murió al caer a un pozo, presentó un informe en el que responsabiliza de la muerte del menor a los servicios de emergencias: asegura que el menor murió por los golpes que recibió en la cabeza de las herramientas utilizadas en el rescate y no por la caída de más de 70 metros.
El informe, que solamente está firmado por el arquitecto Jesús María Flores Vila y no por ningún médico, apunta que cuando se extrajo la piqueta por última vez, se recogieron de su extremo ocho pelos del menor, lo que según el autor, refuerza su teoría.
Un vídeo publicado por el diario El Mundo muestra cómo fueron los trabajos de esa piqueta que intentaba deshacer el tapón bajo el que estaba atrapado Julen.
Además, en el sumario del caso se desvelan las dudas iniciales que hubo cuando se produjo la caída al pozo. Según se extrae de este texto, uno de los senderistas que acudió al lugar de los hechos vio a la madre del pequeño gritando que "de ésta se mataba" porque era la "segunda vez" que perdía a un hijo. En ese momento, este testigo vio que había una navaja cerca de la mujer y se apresuró a retirarla por miedo a que se "autolesionase".
Esta persona fue la que llamó a los agentes, que acudieron al lugar de los hechos sin medios por el nerviosismo e intentaron obtener imágenes del interior dejando caer un teléfono móvil atado a una cuerda.
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