La de Joshua ha sido una siesta muy aplaudida, a su vez, en las redes sociales, que lo han encumbrado como símbolo de la resistencia antiTrump. Cuando el presidente de Estados Unidos estaba hablando sobre la construcción del muro de México, el pequeño dormía con la boca abierta y la cabeza hacia atrás.
Joshua, un niño de 11 años, era uno de los 13 invitados personales de los Trump, debido a que lleva cuatro años sufriendo acoso escolar sólo por compartir apellido con él: "Todos se burlan, menos mis amigos".
El pequeño ha tenido que cambiarse de colegio: "Sólo quiero que cese el acoso". El menor incluso ha llegado a odiarse a si mismo, por lo que ha decidido cambiarse de apellido.