Angie está embaraza de seis meses y lleva más de 40 días en este campamento frente al Ministerio de Sanidad, luchando contra el calor y reivindicando una vivienda digna.
Lleva noches sin dormir debido a las altas temperaturas y asegura que "todavía" no le han "dado ninguna solución". Explica, además, que su hijo "está bien", pero ella está "sufriendo crisis de ansiedad".
Un estrés inevitable con este calor infernal, que cada uno lleva como puede. "Estoy todo el día bebiendo y echándome agua", explica un joven.
Y es que este centenar de personas, que llegan a soportar temperaturas de hasta 40 grados, solo tienen una fuente para ducharse y refrescarse. Un lugar que utilizan, a pesar de que está repleto de suciedad y bichos.
El campamento se ha multiplicado por ocho, por lo que hay más bocas que alimentar. No tienen para refrigerar y los insectos en verano atacan mucho más la cocina improvisada.
También han aumentado las personas enfermas. "A un compañero que sufre del corazón le han dado un par de infartos por el estrés que supone estar en la calle", explica otro de los acampados. De momento, reclaman baños y toldos para que puedan llevar a cabo su lucha de manera más digna.