Un año más, el municipio valenciano de Buñol acoge una fiesta conocida a nivel mundial, una Tomatina que congrega a 22.000 personas lanzándose tomates. En total, se lanzarán 120.000 kilos de tomates cosechados específicamente para la ocasión.

Por primera vez, estos tomates serán de origen valenciano, estando almacenados durante el último mes en cámaras de frío a distintas temperaturas. Se trata de una variedad de tomate pera que no es apta para el consumo por el tratamiento fitosanitario que reciben.

La empresa Frutas y Verduras Massanassa, ubicada en Silla (Valencia), es la encargada este año de facilitar las toneladas de tomate tipo pera, que no esté verde para esta particular guerra.

De las 22.000 entradas generales, que salieron a la venta en junio a un precio de 15 euros, están exentos de pagar las personas domiciliadas en Buñol, pareja e hijos; las personas que hayan nacido en Buñol y aquellas que tengan bienes inmuebles en el municipios, pareja e hijos. Estas personas reciben una entrada (pulsera) que les permite acceder al recinto del evento con un color diferenciado de las disponibles para la venta.

También están exentos aquellos invitados de personas domiciliadas en Buñol, cuyas viviendas estén dentro del recinto del evento, con un límite de dos invitados por vecino, así como las personas pertenecientes a la organización.

Asistentes de decenas de nacionalidades confluyeron el año pasado en esta fiesta, donde el 14 % del total eran británicos; el 10 % indios; el 8 % japoneses; el 7 % americanos y el 6 % australianos, aunque también hubo participantes de Francia, Alemania, Italia, Holanda, Bélgica, Portugal, Turquía, Jordania, Corea del Sur, China, Filipinas, Venezuela, México, Argentina, Taiwan, Kuwait, Barhéin, Afganistán, Fiji, Islas Vírgenes, Nepal o Vietnam, además de españoles.