Las calles de Buñol han vuelto a teñirse de rojo después de haber estado dos años sin poder celebrar su tradicional fiesta de la Tomatina debido a la pandemia de Covid. Un momento muy especial que coincide con el 75 aniversario de este popular festejo.
En total, se han utilizado 130 toneladas de tomate maduros en esta batalla campal que ha tenido una duración de una hora. Un producto que iban repartiendo seis camiones encargados de ir recorriendo las calles de esta localidad.
Una fiesta que este año se ha caracterizado por ser más nacional, y es que el turismo internacional se ha visto disminuido debido a las restricciones por la pandemia. De hecho, se estima que en total han acudido la mitad de los turistas extranjeros que suelen visitar Buñol en estas fechas.
Una bajada que se nota sobre todo en los turistas procedentes de China, Australia, Japón o la India. Un público que en otras ocasiones ha sido muy fiel a esta cita. Sin embargo, tanto el turismo europeo como el nacional se ha visto incrementado.
En total, han asistido unas 15.000 personas, a pesar de que el aforo máximo era de 20.000, que han celebrado con gran ilusión la vuelta de esta fiesta tradicional en la que los tomates vuelan.
9.500 menos que el año anterior
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