Un hombre llega a las
puertas de un canal de televisión en la India y confiesa un terrible crimen: "La estrangulé,
luego me encontré un cuchillo y le di con él".
Con una tranquilidad
pasmosa reconoce haber estrangulado y degollado a su pareja. Asegura que la víctima había iniciado una
relación con otro hombre e intenta justificar lo injustificable: "Nos alteramos
tanto que al final la asesiné".
La cadena de televisión
llama a la Policía y lleva al asesino confeso a un plató donde sigue contando
su relato. "¿Mataste a la
chica?", le pregunta una colaboradora, a lo que él
responde con un "sí".
Además reconoce haber
matado a otra mujer en 2010. Pero esta
doble confesión mediática no es fruto del arrepentimiento: "La Policía ha
detenido a mis padres y ellos no saben nada".
Sin inmutarse lo más
mínimo, el criminal solo cuenta la verdad para exculpar a sus padres y no por
remordimiento alguno. Entre tanto la Policía
llega al estudio y detiene al asesino,
también, en riguroso directo.