Dos semanas han pasado desde que las lluvias torrenciales devastaron decenas de municipios en Valencia. Dos semanas en las que se trabaja sin descanso achicando agua y sacando barro. Ahora la llegada de una nueva DANA amenaza con retrasar la vuelta a la normalidad todavía más. En localidades como Aldaia las alcantarillas están a rebosar, por lo que nuevas lluvias podrían conllevar nuevos riesgos.

Ante esta situación, las autoridades locales de esta localidad ha avisado a sus vecinos para que viertan más lodo a las vías públicas ante el atasco del alcantarillo. De hecho, su limpieza se ha convertido en la mayor urgencia en estos momentos. Muchos expertos lo subrayan, hay que poner el foco en desatascar alcantarillas ya que de no hacerlo podría conllevar graves consecuencias. Tal y como indica el Ministerio para la Transición Ecológica, hay hasta 34 municipios con graves daños en su alcantarillado.

Los problemas principales derivados de estas afecciones es que el lodo acumulado en estas últimas semanas se ha convertido en auténticos bloques de barro después de haberse secado y densificarse. Al barro se suma la obstrucción general por otros objetos que han terminado en el subsuelo arrastrados por la riada.

De esta manera, al haber escasa posibilidad de evacuación se pueden darse grandes riesgos, como serían nuevas inundaciones. Además, como los colectores están obstruidos por el barro y los objetos que se señalaban unas líneas más arriba, las casas no pueden descargar sus aguas sucias, es decir, los restos fecales. Esto conlleva que estas aguas podrían volver a subir a la calle convirtiendo las vías públicas en auténticas ciénagas.

Todo esto provocaría un foco de contaminación que supone importantes riesgos para la salud, puesto que estas aguas residuales, las estancadas y el barro, son un medio de transmisión de infecciones.