"Es una puñetera vergüenza". En estos términos se ha expresado el portavoz del PP, Borja Sémper, sobre la tremenda bronca que han protagonizado los diputados de Vox este jueves en el debate de la ley de amnistía en el Congreso, donde se han enzarzado con los parlamentarios de Sumar y han dedicado todo tipo de insultos a su diputado Gerardo Pisarello.
Preguntado al respecto por laSexta, Sémper ha lamentado que "el Congreso de los Diputados en demasiados ocasiones es un show" y "un espectáculo": "Es una puñetera vergüenza lo que estamos viviendo en demasiadas ocasiones en este Congreso de los Diputados, es lamentable. Dan ganas de levantarse e irse", ha reconocido.
"Vamos a intentar mantener el rigor, la seriedad", ha continuado Sémper, que ha defendido en este sentido la actuación del líder de su propio partido, Alberto Núñez Feijóo. "Vamos a intentar mantener la dignidad de este Congreso de los Diputados, aunque hay días que es muy desagradable y muy feo lo que vemos aquí y por tanto muy triste", ha añadido.
El dirigente 'popular' ha señalado en este sentido que los ciudadanos deben de sentir "vergüenza ajena" al "ver a los representantes políticos hacer lo que se hace hoy aquí" y ha aprovechado para volver a cargar contra la amnistía -que considera "una corrupción política como una casa" y "una inmoralidad"- y contra el presidente del Gobierno, a quien culpa también de la crispación en la Cámara Baja.
"Esos privilegios para políticos, los insultos... Es descorazonador el lugar al que nos ha llevado el señor Sánchez", ha criticado. "Tanto Sánchez como Vox se retroalimentan y se necesitan", ha continuado, aludiendo a su socio de gobierno en municipios y comunidades autónomas. "Creo que la inmensa mayoría de la sociedad española no está ni en un extremo ni en otro, sino en la centralidad", ha zanjado.
Máximos responsables
La Corte Penal Internacional emite órdenes de arresto contra Netanyahu y Gallant por crímenes de guerra en Gaza
Sí, pero... El primer ministro israelí y su exministro de Defensa se arriesgan a ser detenidos si salen de su país, pero solo si pisan uno de los 124 que integran el TPI, entre los que no está EEUU.