En medio del paisaje devastado que la DANA dejó a su paso por Paiporta, Valencia, Andrea Ropero se detiene en la casa de Nati, una vecina que, debido a su avanzada edad, no puede salir de su casa. Cada día, Nati recibe agua y comida gracias a un grupo de voluntarios pertenecientes a la agrupación fallera Casal Faller Major Moraira.

Al recibir a la reportera de El Intermedio, Nati no puede contener las lágrimas, emocionada al pensar en sus hijas, que forman parte del grupo de ayuda que se ha volcado para salvar a su comunidad.

"Están de barro hasta las orejas", comenta Nati, quien apenas puede expresar el orgullo y la gratitud que siente por el esfuerzo incansable de sus hijas y de los demás voluntarios que, cada día y sin descanso, ayudan a limpiar las calles de Paiporta.

A pesar de la complicada situación que le está tocando vivir, Nati asegura que sigue adelante gracias a la fuerza de voluntad que la impulsa cada día. "Si no tuviera la fuerza que tengo, no estaría aquí en mi casa, pero es que tengo mucha fuerza de voluntad. Que sea lo que Dios quiera", afirma con una serenidad admirable.