El turismo masivo en Canarias ha elevado el precio del alquiler, una situación que afecta a muchos trabajadores que no pueden afrontar un alquiler, como Marlen, una camarera de piso que se ha visto forzada a vivir en un campamento.

"Esto es una lucha constante contra el viento. Aquí tenemos la cocina comunitaria y la nevera es de gas butano, que también es de nuestra propiedad", explica Marlen.

Además, añade que su sueldo es de 1.400 euros al mes, insuficiente para mudarse a un piso: "No, de alquiler no (opciones de poder mudarse), están carísimos. Por ejemplo, un chico que alquilaba un apartaestudio de 40 metros en Los Cristianos por 900 euros, pero exigía una nómina de 2.500, un depósito, y una fianza. 1.800 euros de golpe. No se puede, es imposible".