Fernando, empresario con 35 años de experiencia, se enfrenta a uno de los mayores retos de su carrera. El precio de la principal materia prima de su negocio, el cacao, se ha disparado a niveles nunca vistos hasta la fecha.

Cada día utilizan nueve kilos de chocolate para elaborar 350 piezas de bollería, galletas y tartaletas. "Hemos pasado de 2.000 a 11.000 dólares la tonelada, eso no se había visto nunca. Nunca", lamenta Fernando.

Ante el futuro, el empresario se muestra con cautela: "No sabemos lo que va a pasar. Yo recientemente he hablado con mis proveedores y ellos están viendo un abismo en el que no se atreven a predecir".

Según explica, para hacer frente a este incremento del precio del cacao, han tenido que "revisar tarifas", pero con matices: "Intentamos que la repercusión sea lo mínima posible, sabemos que el consumidor no va a pagar. Por ejemplo, en Miami, ahora una bola de helado de una marca conocida cuesta diez dólares. En España, no estamos preparados para que una persona pague diez euros por un cruasán y eso nos lleva a una contención de costes, de márgenes".