Uno de los efectos del turismo masivo es la ampliación de la hostelería sin límites, algo que puede dificultar la vida de los vecinos de algunos barrios de Barcelona. Pese a ello, una mujer hostelera defiende que es bueno para la zona la llegada de tanto turista: "Nosotros vivimos de esto, estamos dando trabajo a gente que lo necesita".

Una afirmación que no concuerda con la visión de Gabriel, un vecino del barrio: "No estoy de acuerdo en el sentido de que el barrio ha perdido por el hecho del turismo masivo. Si ha perdido por dios ya lo creo que ha perdido, en muchos aspectos, los pisos han subido de alquiler, los jóvenes se han marchado...".