El código postal donde nacemos marca en muchas ocasiones de dónde partimos. Para Lamine Yamal, 08-304, el código postal del barrio de Rocafonda en Mataró, es mucho más que un número. Es un símbolo de orgullo y pertenencia a un barrio donde la mitad de las familias está en riesgo de pobreza y la renta por habitante no supera los 7.000 euros anuales. Rocafonda, el único barrio de Mataró donde la población nacida en Cataluña no llega al 50%, se ha convertido en un ejemplo de lucha y esperanza gracias a Lamine Yamal.

Este barrio humilde y multicultural, conocido por ser uno de los más pobres de España, también ha sido testigo de historias de solidaridad y superación. UNICEF, que desarrolla proyectos en la zona, eligió a Lamine Yamal para un calendario solidario en el que aparece siendo bañado por Leo Messi cuando era un bebé. Esta imagen es un testimonio del compromiso de UNICEF con los niños de barrios desfavorecidos.

Años después, ese niño es la estrella de la selección española de fútbol. Lamine Yamal, con su gol decisivo en la semifinal de la Eurocopa, ha llevado a España a la final. Sin embargo, su éxito no ha sido bien recibido por todos. Vito Quiles, jefe de prensa de Alvise, tuiteó una foto de Lamine y su compañero Nico Williams, hijo de migrantes ghaneses, con un comentario despectivo: "pero qué selección es esta, parece una broma de mal gusto".

Pese a los comentarios racistas y despectivos, Lamine Yamal y sus compañeros han demostrado su valía en el campo. Manuel Gavira, portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía, intentó minimizar el logro de Lamine diciendo que "si no lo hubiera marcado él, lo habría marcado otro". Este tipo de comentarios recuerdan los prejuicios que enfrentan los hijos de migrantes, incluso cuando representan a su país en el más alto nivel.

No es el primer caso de racismo en el deporte español. Nico Williams, aunque nacido en Pamplona, ha enfrentado ataques racistas debido a su ascendencia ghanesa. Ana Peleteiro, atleta gallega de origen afrodescendiente, también ha sido blanco de insultos racistas tras ganar el oro en salto de longitud en el Europeo.

Frente al odio y los prejuicios, se alzan las voces de quienes celebran la diversidad y el talento. El padre de Lamine, con lágrimas en los ojos y cantando "yo soy español" en la grada del Allianz Arena de Múnich, es un símbolo de orgullo y alegría.

Este domingo, España espera seguir celebrando, con Lamine Yamal a la cabeza, demostrando que el talento y la determinación no conocen fronteras.