Un clásico

Milei sigue el mismo patrón de evasión de populistas como Farage tras el Brexit y Trump tras el asalto al Capitolio

¿En qué consiste? Convencer a las masas con promesas y luego abandonarlas sin asumir responsabilidades, una estrategia compartida por estos líderes populistas tras el colapso de sus proyectos.

Milei sigue el mismo patrón de evasión de populistas como Farage tras el Brexit y Trump tras el asalto al Capitolio

El presidente argentino, Javier Milei, ha intentado desvincularse de la criptoestafa de 87 millones de dólares que promovió, con más de 40.000 ciudadanos afectados. En una reciente filtración, se escucha cómo un asesor le pide a Milei que se calle durante una entrevista, mientras él intenta desviar el foco de la responsabilidad. "Los estafados sabían los riesgos, apenas hay argentinos implicados, y yo no promocioné, solo difundí", dijo el mandatario, rehusándose a asumir su participación activa en la promoción del esquema que dejó a miles sin su dinero.

Con esta postura, Milei sigue un patrón clásico de líderes populistas: convencer a las masas con promesas y demagogia, para luego abandonarlas cuando las cosas salen mal. El presidente, como otros líderes antes que él, se desmarca ahora del desastre que ayudó a crear, sin ofrecer ninguna disculpa ni asumir las consecuencias de sus actos.

Este intento de eludir responsabilidades recuerda a lo sucedido con Nigel Farage en el Reino Unido, quien, tras el fracaso del Brexit, culpó a otros por las promesas incumplidas, sin reconocer su rol clave en el proceso. En Brasil, Bolsonaro incitó a la desconfianza en las elecciones de Lula, desencadenando disturbios masivos antes de desvincularse de los hechos. De manera similar, Trump empujó a sus seguidores a asaltar el Capitolio en los Estados Unidos, solo para desmarcarse después de los hechos violentos.

La criptoestafa de Milei sigue este mismo patrón: prometer soluciones rápidas, incitar a la acción sin importar las consecuencias, y cuando el fracaso es evidente, dejar a los ciudadanos en la estacada. El presidente argentino ha sido claro: no es responsable, solo difundió la idea. Pero lo que es aún más evidente es que, al igual que otros populistas, su prioridad no es el bienestar de su pueblo, sino sus propios intereses políticos.