El Gobierno se plantea acabar con las 'golden visa'. O al menos, según Íñigo Errejón, modificarlas tal y como las conocemos. Son visados que permiten a los extranjeros conseguir la nacionalidad española durante tres o cinco años si se gastan aquí más de medio millón de euros en una casa o un terreno. No solo se conceden por este motivo, pero es el principal.
Se aprobaron en 2013 con el Gobierno de Mariano Rajoy, en el momento post burbuja inmobiliaria. Pero la Comisión Europea pidió hace unos meses a los socios que dejen de concederlos. Nuestro vecino Portugal, por ejemplo, las acaba de suprimir. Aquí desde 2013 se han concedido casi 5.000 'golden visa', la mayoría por invertir en inmuebles.
Según los datos del propio Gobierno, los que más se han beneficiado de las visas oro han sido los chinos y los rusos. Casi la mitad de los visados expedidos en estos años han sido para ciudadanos chinos. Más de 2.200. Y uno de cada cinco, para inversores que vienen de Rusia. Todas previas a la invasión de Ucrania, porque desde febrero del año pasado, el Gobierno paralizó los visados de oro para todos los ciudadanos rusos.
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¿Dónde han comprado por más de medio millón de euros? Sobre todo en Madrid, Barcelona y en las zonas de playa: en Andalucía, Comunitat Valenciana, Baleares y Canarias. Más País quiere suprimirlos porque considera que la nacionalidad española no se debe vender. Y porque además contribuyen a elevar los precios de las casas, complicando aún más el acceso a la vivienda.
Los datos muestran otra realidad
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