Mientras Pablo Ojeda se encontraba preparando las recetas, Cristina Pardo aprovechó para preguntarle al nutricionista sobre la verdadera razón por el que los huevos están en el lineal del supermercado, pero al llegar a casa lo guardamos en el frigorífico.

Ojeda explicó que la razón principal es que en el supermercado, los huevos permanecen a una temperatura constante y están expuestos solo por un corto período. En contraste, en casa, uno de los errores más frecuentes es guardar los huevos en la puerta del frigorífico, donde la temperatura varía debido a la apertura y cierre constante. "Probablemente, es por espacio", reconoció Iñaki López, refiriéndose a las hueveras que suelen estar en la puerta de la nevera.

Ojeda aclaró que la mejor práctica es guardar los huevos en el fondo del frigorífico, lejos de la puerta, para minimizar los cambios de temperatura y mantener su frescura durante más tiempo. Esta recomendación, aunque simple, puede hacer una gran diferencia en la conservación de los huevos y su calidad, destacando la importancia de conocer y aplicar correctamente las prácticas de almacenamiento.