Primero asesinó a Marisa, después la descuartizó y por último trasladó su cuerpo en distintas bolsas de basura hasta un punto en el exterior en Chapinería, Madrid.
"Esto pasa en las películas de miedo, nunca te esperas que pueda pasar en tu pueblo, a una vecina tuya y que le pide todo tan cerca", asegura una vecina.
Emilio Ramos, de 38 años, alias 'El Loko', ha confesado a los agentes de la Guardia Civil que él asesinó a su suegra, Marisa Camacho, de 70 años, y que África, su pareja e hija de la víctima no tuvo nada que ver. No obstante, la jueza ha enviado a los dos a prisión.
Desde el comienzo de la investigación, la pareja siempre estuvo en el punto de mira de los agentes y ahora las pruebas contra ellos parecen contundentes.
Los agentes encontraron sangre en el sofá
En la inspección ocular de la casa que los tres compartían, un chalet en Chapinería, los agentes de la Guardia Civil encontraron manchas de sangre en el sofá y una herramienta con restos biológicos, una llave que podría haber sido el arma del crimen.
Además, en la zona en la que apareció parte del cuerpo de Marisa también se encontraron un serrucho y un hacha que podría haber servido para descuartizar el cuerpo. Todo ello, unido a que cuando apareció el cadáver la mujer llevaba dos semanas desaparecida sin que su hija lo denunciara provocó las detenciones. Aunque en la comandancia, al contrario que Emilio, África se negó a declarar.
"A veces se iba, venía, dormía por ejemplo fuera y pensé que se había quedado por ahí", aseguró a Antena 3 la hija de la anciana descuartizada.
El 25 de julio estuvieron los tres en la plaza del pueblo
De lo que ocurrió ese 25 de julio sabemos que los tres estuvieron tomando algo en la plaza del pueblo y que tras una tarde de excesos y alcohol trasladaron la fiesta a la casa que compartían. De la que Marisa nunca más llegaría a salir con vida.
En la casa es donde, tal y como Emilio contó a los agentes, ocurrió todo. En el chalet que compartían con ella desde hacía un mes.
"Tenía una orden de alejamiento", aseguró a Antena 3 África. Aunque ambos se la saltaron para irse a vivir juntos. No obstante, a él en el pueblo casi nadie le conocía. "Nunca lo había visto, ni conozco a nadie que sepa decirme quién es", apunta una joven del municipio.
Al contrario que a ellas, a Marisa y a sus dos hijas las denominaban las 'Spice Girl', era un trío conocido, la tercera, la hermana de África, no vive en Chapinería, y fue quien denunció la desaparición de su madre. Una familia conflictiva, con problemas de adicciones que ha terminado de la peor manera posible.