Hace diez años que el caso de Marta del Castillodejó de ser una desaparición y se convirtió en un asesinato. Su ex novio, Miguel Carcaño, confesó que la mató de un golpe en la cabeza con un cenicero durante una discusión. Y lo hizo tres semanas después de que la joven saliera con él a dar una vuelta y no volviera más.

Unos restos de sangre en su cazadora hallados por la policía no dejaron lugar a dudas y Carcaño implica a dos amigos: Samuel Benítez y Francisco Javier García, el Cuco, de 15 años entonces. Asegura que arrojaron el cuerpo al río. El hermanastro de Carcaño, Francisco Javier Delgado, tampoco tarda en caer. Todo había sucedido en su casa.

"Que cumplan la máxima pena que se les pueda poner", pedía la madre entonces. Comienza la agonía de los padres de Marta por encontrar el cuerpo de la joven. Todavía no imaginaban lo que les quedaba por delante.

Antes de que terminase el año, verieron cómo Samuel Benítez salía de prisión. Y el otro implicado, el Cuco, fue condenado por un juez de menores a dos años y 11 meses de internamiento por encubrir el crimen, pero no por asesinato ni violación. "Me hacen ya no tener fe en la justicia", apuntaba la madre.

Dos años después Miguel Carcaño fue condenado a 20 años de prisión. Pero también le absolvieron del delito de agresión sexual. Los otros tres acusados, Samuel Benítez, el hermanastro y su novia, quedaron absueltos.

Carcaño pedía perdón, pero ni una palabra de dónde está el cuerpo. Durante su estancia en prisión, Carcaño vuelve a los juzgados para dar informaciones falsas de dónde está el cuerpo de Marta. Hasta que en abril de 2013, en su séptima versión, implicó por primera vez a su hermanastro. Asegura que fue él quien la mató, golpeándola con un revólver.

El juez acuerda el sobreseimiento, pero mantiene abierta una pieza separada para la búsqueda del cuerpo. En la finca de la Majaloba, en la Rinconada, y otra vez en el Guadalquivir, sin éxito. Hasta que el padre de Marta pidió ver Carcaño en la cárcel. Es el último cartucho para saber la verdad.

Carcaño seguía diciendo que su hermano la mató y el cadáver está en la rinconada. Para él, su hermano ha tenido que cambiarla de sitio. Palabras textuales de Miguel Carcaño. Entonces, la familia perdía toda esperanza: “Yo sí he perdido la esperanza”, decía la madre

Diez años después de la desaparición de Marta, no se ha cerrado el círculo. Quedan muchas preguntas sin responder. La familia ha pedido que se repita el juicio, mientras Carcaño ya ha solicitado sus primeros permisos penitenciarios.