Pablo Ojeda ha querido explicar en Más Vale Tarde Fresh la diferencia entre la fecha de caducidad y la de consuno preferente. Algo con lo que normalmente la gente tiende a equivocarse. Según el nutricionista, mientras la fecha de consumo preferente indica el momento hasta el cual el alimento mantiene sus propiedades organolépticas óptimas, una vez pasada esa fecha, el producto aún es seguro para el consumo, aunque puede experimentar una pérdida en sabor, textura y olor.

Esto significa que el producto puede perder algo de su calidad, pero sigue siendo seguro para comer. Los alimentos con fecha de consumo preferente pueden ser consumidos desde 15 días hasta tres meses después de la fecha indicada, dependiendo del tipo de producto.

Por otro lado, la fecha de caducidad es más estricta. Pues no se debe consumir algo después de la fecha que ponga en el envase del producto. "No se toma porque proliferan las bacterias", aclaró Ojeda.

Asimismo, también destacó que "todos los alimentos, por ley, deben tener las dos fechas indicadas". Y dio un ejemplo de ello: en el caso de los panes y algunos productos lácteos, el margen para el consumo después de la fecha preferente puede ser de hasta 15 días, mientras que productos como el queso o la leche tienen un margen mucho más corto, de hasta tres días.