El nutricionista Pablo Ojeda desmonta en Más Vale Tarde los muchos mitos que existen en torno a un alimento básico: el pan. El primero es quizá uno de los más repetidos: ¿engorda mucho?

"Ningún alimento tiene la capacidad de engordar por sí solo, tiene energía", aclara el experto, que señala que al pan "se le tiene mucho miedo". "Tenemos que saber darle el uso adecuado", apunta. "Es verdad que el pan blanco no es más interesante, pero en su justa medida no está nada mal, no hay que tenerle tanto miedo", defiende.

¿Cuál es la cantidad diaria recomendada para un adulto de consumo de pan? Ojeda ilustra la recomendación con el equivalente a una mano: "Media rebanadita por el día, media rebanadita por la noche", precisa, el equivalente a "unos 70 u 80 gramos". Además, Ojeda incide en que "todos los tipos de panes tienen la misma cantidad de calorías, unas 230-250", ya sea pan blanco o integral, pero "lo que cambia absolutamente radical es cómo se comportan esas calorías en tu organismo".

¿Qué es más calórica, la miga o la corteza? La respuesta del nutricionista sorprende a Iñaki López: la corteza está deshidratada, explica, por lo que, "a igualdad de condiciones, la miga tiene un 40% más de agua" y "por lo tanto va a engordar menos". "Es mucho más interesante coger esa miga y mojar que la corteza", resume.

Por este mismo motivo, agrega, panecillos tostados, colines y picos, "como están absolutamente deshidratados, tienen muchas más calorías": si el pan tiene unas 250 kilocalorías por cada 100 gramos, precisa los picos y este tipo de panes tienen unas 450 kilocalorías por cada 100 gramos.

¿Hay que prescindir del pan si queremos perder peso? La respuesta del nutricionista es tajante: "Nunca", sostiene. "Tienes que facilitar la vida a las personas que quieren perder peso y cambiar sus hábitos. El pan es un momento muy agradable", argumenta.

Y el pan de molde, ¿es peor? Ojeda señala que "un pan normal te va a durar 24 o 48 horas como mucho", mientras que "un pan de molde te puede durar dos semanas y media". El motivo, explica, es que le añaden más cantidad de grasas, aceites y azúcares para aumentar su vida útil, por lo que no es el más interesante desde un punto de vista nutricional: "El pan de panadería de debajo de casa siempre va a ser más interesante", sentencia.